jueves, 27 de noviembre de 2014

Terence Gorski: causas y prevencion de recaidas, parte 3, el síndrome de abstinencia post agudo

En Gorski la recaída está condicionada no sólo por una serie de señales de alerta, sino también por el síndrome de abstinencia post agudo (Sapa).
Esto ocurre una vez que la persona está desintoxicada y no tiene síntomas directos relacionados con la supresión del alcohol u otra droga.
Dicho síndrome hace “dificultosa la sobriedad” (Gorski, 2005; p. 45). “Post significa posterior y síndrome significa un grupo de síntomas" (p. 45). El síndrome es producto del daño del sistema nervioso causado por el consumo de alcohol u otras drogas, así como del “estrés psicosocial que surge al enfrentar la vida sin consumir" (p. 45).

El SAPA se caracteriza por una serie de síntomas:
- Incapacidad para prensar con claridad.
- Problemas de memoria.
- Exabruptos o adormecimiento emocional.
- Dificultades para dormir.
- Problemas de coordinación física.
- Sensibilidad al estrés (Gorski, 2005; p. 47).

Los patrones del síndrome (o trayectoria probable) son los siguientes:
- Regenerativo, se mejora.

- Degenerativo, se empeora.
- Estable, se mantiene igual.
- Intermitente, viene y va (p. 55).

El manejo de los síntomas del SAPA se puede lograr con una serie de medidas que posibilitan un mayor éxito en mantener la abstinencia y la recuperación:

- Estabilización: verbalizar, prueba de realidad, solución de problemas y establecimiento de metas, rastree el pasado.
- Educación y reentrenamiento: se trata principalmente de aprender destrezas de manejo del estrés.
- Conducta de autoprotección.
- Nutrición.
- Ejercicio físico.
- Relajación.
- Espiritualidad.
- Vivir de manera balanceada (pp. 56-65).

A partir de Gorski; Miller. Sobriedad. Una guía de prevención de recaídas. Segunda edición, Herald House – Independence Press, 2005, capítulo III.



martes, 18 de noviembre de 2014

Crónica de una muerte anunciada debido al alcohol y la droga


Decadencia de Héctor Lavoe el cantante de los cantantes de salsa en los 80
por Ernesto Mc Causland 
Tomado de Facebook  
Fue una muerte larga, lenta y tormentosa, que solo Dios sabe cuándo comenzó a gestarse. Puede ser en la infancia cuando su madre murió de tubercuosis, dejándole como herencia su primera enfermedad y su primera soledad. O pudo ser en aquel verano del 63, cuando – un mes después de haber emigrado a New York – su hermano mayor le dio la cordial bienvenida al mundo de la drogadicción intravenosa. O quizás fue treinta años más tarde cuando , después de haber sido la sensación mundial de la salsa, quizo ponerle punto final a una cadena de tribulaciones y se lanzó al vacío del noveno piso del hotel Excelsior de San Juan de Puerto Rico.
Abatido finalmente por ese coctel de infortunios y autodestrucción que fue siempre su vida. Héctor Lavoe le dijo adiós a este mundo el último martes de junio del 92 en una habitación de solemnidad, mientras afuera Nueva York era escenario de su gran fiesta de sol, ropas ligeras, palomas, turistas, ratas, pordioseros , limosinas, ventas ambulantes, pintores callejeros y todas las criaturas del verano.
El cantante de los cantantes había pasado su último año de vida en un edificio gris y paranóico, de herméticas ventanas y sofisticada arquitectura, situado frente a una de las rejas de entrada al Central Park. Es el Cardinal Cooke Health Center , una especie de asilo de caridad, donde desde hacía diez años funcionaba un pabellón especial para pacientes menesterosos.
Allí había llegado Lavoe un año antes de su muerte . Alguien lo dejó en la puerta convertido en un loquito callejero que hablaba incoherencias y se veía desolado. Héctor Lavoe duró quince días en medio de un absoluto anonimato, tendido en una cama y gritando disparates. Ni las enfermeras puertoriqueñas ni nadie en el hospital, se dieron cuenta de que aquel paciente de sida esquelético y arruinado era el carismático sonero que quince años atrás era vitoreado y alzado en hombros por enloquecidas multitudes. Hasta que un compañero de piso, chofer de camión, lo oyó cantar una tarde y reconoció la voz. La familia fue avisada de inmediato .
Esa misma tarde, Nilda Pérez, su esposa acudió al hospital. Estaba angustiada. Desde Hacía un año y medio Héctor había desaparecido. La visita lo hizo reaccionar. Héctor salió de inmediato de sus nebulosas mentales, se levantó como pudo, abrazó a su mujer, y los dos lloraron juntos dos horas.
Nilda supo entonces donde había estado su esposo durante el tiempo en que estuvo perdido. Dacey Lugo, un corpulento conguero puertoriqueño, se lo había llevado para Miami, donde Héctor se presentaba en bares de mala muerte cantando en deplorable estado de salud por unos pocos dólares y consuminedo heroína en abundancia. En una de esas jornadas, Lavoe sufrió una sobredosis. Así fue trasladado a Nueva York y dejado a las puertas del Cardinal Cooke.
A pesar de que su cuerpo ya no le respondía, Lavoe volvió a animarse con la vida. Insistía en que volvería a los escenarios. Por eso todas las tardes , del ala de pacientes de sida del Cardinal Cooke brotaba una voz frágil que entonaba laas canciones de siempre.
Pero la muerte ya había pasado su factura de cobro: No solo era el sida desde su caída en San Juan , Lavoe tenía una herida en una pierna que no le cerraba porque era diabético. Así en temas de salsa que ahora sonaban lúgubres, El Cantante de los Cantantes fue perdiendo su batalla con la muerte; una batalla que había comenzado tiempo atrás y que él debió haber perdido mucho antes.

 

¿Qué es más dañino: el alcohol o el tabaco?

De este artículo de El País, citamos los siguientes párrafos:
Si nos referimos a un consumo diario y partimos de un baremo supuesto (media cajetilla en el caso de los fumadores y tres unidades de alcohol por jornada en el de los bebedores), cada sustancia está especializa en dañar distintos órganos o funciones. Como señala el doctor Gual, todo consumo de riesgo tiene sus consecuencias. “El alcohol está relacionado con más de 200 enfermedades, y afecta muy especialmente a cerebro e hígado. El tabaco es la primera causa de mortalidad en el mundo occidental y afecta sobre todo el sistema vascular y cardiorespiratorio. Tanto el tabaco como el alcohol son potentes agentes carcinogénicos y su consumo aumenta el riesgo de padecer diversos tipos de cánceres”, sentencia el especialista (...)
La existencia de alcoholes saludables es un falso mito al que se agarran todos los que sospechan que sus niveles de consumo empiezan a ser preocupantes. El doctor Gual lo explica muy bien: “La toxicidad de las bebidas alcohólicas se debe al alcohol y, por tanto, no hay bebidas alcohólicas saludables. Las más tóxicas son aquellas con mayor graduación, pero la toxicidad en el individuo viene determinada por la cantidad de alcohol total consumida”. 
El artículo parece concluir que el tabaco es más dañino, causa más muertes por ejemplo, sin embargo me parece que se deben ponderar otros factores. En los casos de adicción a ambas sustancias, el alcohol causa efectos negativos a más corto plazo. El tabaco posiblemente mate, pero a largo plazo. Una intoxicación alcohólica requiere para su tratamiento de atención médica, en cambio dejar el tabaco, si bien es difícil, se puede facilitar con el ejercicio físico o sustitutos de la nicotina como los parches o goma de mascar. El alcohol te humilla y arrastra, el tabaco no. 

sábado, 8 de noviembre de 2014

Escritores borrachos

En el artículo "Diez escritores que fueron borrachines para bien y para mal" leemos lo siguiente: 
"Las drogas y la literatura siempre han estado íntimamente ligadas porque las primeras pueden obrar como catalizadores de la segunda. Y muchos son los escritores que estarían dispuestos a firmar un pacto fáustico con el dios Baco que les permitiera concebir una obra maestra.

En el caso del alcohol, casi podríamos afirmar que gran parte de los clásicos de la literatura no fueron escritos con tinta, sino con vino. Villon, Joyce, Rabelais, Poe, Roth, Lowry, Horacio, Gonzao de Berceo, Chaucer, Bocaccio, César Vallejo, Cabrera Infante, Bowles, Arquíloco, Omar Jayán, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Anthony Burgess, Fulkner, Joyce, Hemingway, Scott Fitzgerald… todos escribieron e hiparon.

Ya sea porque el autor tiene algún gen que le predispone a empinar el codo más de la cuenta, ya sea porque el alcohol siempre ha sido la droga legal de acceso más rápido y efectos más notables, tenemos un buen ramillete de escritores dipsómanos que no serían lo que son sin la asistencia del C2H6O (o quizá habrían llegado a más)".

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Etapas de la motivación para el cambio en adicciones

"El proceso mediante el cual una persona pasa desde una adicción activa hacia la recuperación sostenida, está en realidad basado en una toma de conciencia progresiva acerca del problema, y la necesidad de cambios que influyen en la motivación" (cita de adicciones.org).

Este planteamiento, formulado por Prochaska y DiClemente en los años ochenta, permite identificar diferentes niveles de predisposición que puede mostrar una persona -estadios de cambio- cuando se plantea modificar su conducta adictiva.

Descripción de los estadios motivacionales del modelo de Prochaska y Diclemente:

Precontemplación
Etapa en la que no se tiene intención de cambiar. Suele ser frecuente que la persona no tenga conciencia del problema o que desconozca las consecuencias a corto, medio o largo plazo de su conducta. Los pros de consumir superan a los contras.
Contemplación
Se es consciente de que existe un problema y se considera abandonar la conducta adictiva en los próximos meses, pero todavía no se ha desarrollado un compromiso  firme de cambio. Los contempladores son conscientes de los pros de cambiar si se les compara con los precontempladores, pero el peso relativo de los factores contrarios al cambio es aún muy elevando.
Preparación o Determinación
En esta etapa se llevan a cabo pequeños cambios en la conducta adictiva. Además, la persona se compromete a realizar un esfuerzo mayor en un futuro próximo, que se  fija en un mes. Los pros de dejar el consumo superan a los contras.
Actuación o acción
La persona realiza cambios notorios, fácilmente observables, en su conducta adictiva. Es una etapa bastante inestable por el alto riesgo de recaída o la rápida progresión a la etapa de mantenimiento. El estadio de acción oscila entre uno y seis meses.
Mantenimiento del cambio
Se trabaja para consolidar los cambios realizados durante el estadio de acción, iniciándose al  finalizar esta etapa -tras 6 meses de cambio efectivo-. Durante este estadio se manejan principalmente estrategias para prevenir posibles recaídas.
Tomado de: GUÍA CLÍNICA DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN ADICCIONES. Guías Clínicas SOCIDROGALCOHOL basadas en la EVIDENCIA CIENTÍFICA Ministerio de Sanidad, España, 2008. p. 24.


Debe anotarse que el programa de AA comienza con el "querer dejar de beber" (Tercera Tradición), que no contempla la falta de consciencia del problema de la etapa de precontemplación. Aún así, la experiencia en los grupos muestra que muchas veces llegan personas con muchas dudas y ambivalencias, a través de las reuniones se concientizan de su situación, no beben, se mantienen sobrios y entran en un proceso de recuperación.

No siempre sucede tan positivamente, muchas personas son más vulnerables emocionalmente, la recaída se presenta en la mayoría de los casos de personas que inician un tratamiento. Sin embargo, algunos comprendemos en un momento o en otro. No todos se ahorran los 15 años de sufrimiento (libro 12 pasos), pero algunos con ahorrarse 5 años o 5 meses es una gran ganancia y tal vez la diferencia entre la vida y la muerte.

















Imagen tomada de este blog, vía Google imágenes.