lunes, 5 de enero de 2009

Alcoholismo y medicación: el punto de vista de AA

Hace algunos años circulaban en Alcohólicos Anónimos dos folletos llamados: "El miembro de AA y el abuso de las drogas" y "Sedantes, estimulantes y el alcohólicos", ambos del año 1964 y con el mismo contenido.

Estos folletos advertían al miembro de AA sobre el peligro del consumo de medicamentos psicoactivos. Sin embargo en la actualidad lucen desactualizados pues mencionaban los "barbirtúricos", que prácticamente ya no se utilizan pues fueron sustituidos por la benzodiacepinas. En las publicaciones mencionadas se afirmaba:
"Al encontrarse bajo la influencia, ya sea del alcohol o de las drogas, el alcohólico está en peligro. Muchos alcohólicos han empezado a usar pastillas creyendo haber encontrado en ellas el sustituto perfecto para el alcohol. Sin embargo, el hábito de tomar pastillas es tan pogresivo como la bebida, y ambos terminan en una gran borrachera (....)
La semejanza entre la intoxicación por el alcohol y la intoxicación por barbitúricos ha sido constatada..." (citan dos médicos a continuación).
Me parece que no es muy exacto afirmar que "el hábito de tomar pastillas es tan progresivo como la bebida".

Hace algunos años el folleto de AA sobre este tema fue modificado y admite que en determinadas condiciones puede ser necesaria la medicación psicoactiva. El nuevo folleto se llama "El Miembro de A.A.—Los Medicamentos y Otras Drogas" y se puede descargar en formato pdf del sitio oficial de AA (enlace directo, se recomienda la opción guardar con el botón derecho del mouse). La edición inicial es del año 1985 y fue revisado en 1995. Algunas afirmaciones destacadas son las siguientes, primero advirtiendo el peligro para un alcohólico de consumir estos medicamentos y segundo reconociendo que algunos alcohólicos pueden necesitar utilizarlos:
Repetidas veces, los miembros de A.A. han relatado episodios espantosos que pusieron en peligro su sobriedad.
Sus experiencias indican que los barbitúricos y los tranquilizantes (por ejemplo, Valium, Librium, etc.) aunque no sean peligrosos para la mayoría de la gente no alcohólica cuando se usan según las indicaciones del médico, sí pueden ser perjudiciales para los alcohólicos. A menudo, estas substancias pueden causar una dependencia tan devastadora como la del alcohol (...)
Las causas de esta tendencia a volverse adicto son varias. En algunos casos, la droga tiene en el cuerpo el mismo efecto que el alcohol—como ocurre con los barbitúricos, Valium, Librium y otros medicamentos que actúan como sedantes. El sistema físico del alcohólico ya se ha acostumbrado al uso de los sedantes, y cuando éstos se usan sin cuidado, pueden crear dependencias destructivas (pag. 6) (...)

No obstante, algunos alcohólicos necesitan las medicaciones . . .

Al mismo tiempo que reconocemos la tendencia peligrosa a recaer en la adicción, reconocemos también el hecho de que los alcohólicos no son inmunes a otras enfermedades. Algunos de nosotros hemos tenido que enfrentarnos con depresiones que pueden ser suicidas; esquizofrenia que requiere a veces hospitalización; manía depresiva; y otras enfermedades mentales y biológicas. Entre nosotros también hay epilépticos, miembros que sufren de enfermedades del corazón, de cáncer, de alergias, de hipertensión, y de otros muchos problemas físicos graves.
A causa de los problemas que muchos alcohólicos tienen con los medicamentos, algunos miembros han tomado la postura de que nadie en A.A. debe tomar ninguna medicación. Aunque a algunos miembros, el seguir este consejo sin duda les ha evitado sufrir una recaída, para otros ha sido un desastre.
Algunos miembros de A.A. y muchos de sus médicos nos han descrito casos en que pacientes que sufrían de depresión han recibido el consejo de sus compañeros de A.A. de que desecharan las píldoras, con la consecuencia de que la depresión, con todas sus dificultades, volvió a atacarles, llevándoles a veces al suicidio. También los que padecen de esquizofrenia, manía depresiva, epilepsia y otras enfermedades que requieren medicamentos para ser controladas, nos han dicho que sus amigos de A.A. a menudo les recomiendan, con toda su buena intención, que dejen de tomar sus medicaciones. Desgraciadamente, los enfermos descubren que, si siguen el consejo de un lego, puede ocurrir que sus síntomas, con toda su intensidad previa, vuelvan a manifestarse. Además, se sienten culpables, porque están convencidos de que “A.A. está contra las píldoras.”
Resulta bien claro que es tan equivocado privar a cualquier alcohólico de la medicación que puede aliviar o controlar otros problemas físicos o emocionales que le dejan imposibilitado, como lo es facilitar o ayudar a cualquier alcohólico a que recaiga en la adicción a cualquier droga (p. 13)
Este folleto omite considerar los medicamentos anticraving (tema de un futuro post) que no son drogas en sentido estricto y que ayudan a muchos alcohólicos a dejar de beber pues eliminan o reducen la ansiedad por la bebida.

En el Box 459 (boletín informativo de la Oficina de Servicios Generales de AA) de junio - julio del 2008 se afirma que el folleto citado será objeto de una nueva revisión que será aprobada en la Conferencia de 2009 (pag. 3). Esperemos que estas modificaciones sean para bien, pues los psicofármacos han cambiado mucho desde los tiempos de Bill Wilson, no sólo los tranquilizantes (algunas benzodiacepinas no recuerdan el efecto del alcohol y pueden ser útiles en alcohólicos con muchos problemas de ansiedad al dejar la bebida) sino también los antidepresivos que permiten ayudar en el tratamiento de diversas condiciones (depresión, ansiedad, ataques de pánico, ideas obsesivas, vértigo, ansiedad social, entre otras).

Mi punto de vista es que la medicación puede ser útil en determinados casos de alcoholismo y por períodos de tiempo delimitados, siempre y cuando el alcohólico sea responsable con la medicación, sea tratado por un especialista en alcoholismo y recurra a otros medios adicionales para tratar la ansiedad y la depresión (dos males muy comunes en los primeros meses de abstinencia del alcohol) como dejar de fumar y el ejercicio físico.

Además lo mejor es no contar en un grupo de AA que se está utilizando esta medicación pues los veteranos no conocen la nueva versión que mencioné del folleto sobre "El miembro de AA, los medicamentos y otras drogas" y es probable que le digan a uno que no los utilice o que es un "pastillero". En este campo hay muchos prejucios e ignorancia.

Cabe destacar de ese folleto la siguiente recomendación, entre otras que se ofrecen al principio:
Recuerde que la mejor protección contra una recaída relacionada con las drogas, es una viva participación en el programa de recuperación de A.A. (pag. 5).